Busco en un jardín de piedra
el cuerpo de aquel soldado,
que en un lugar olvidado
su vida le arrebato la guerra.
Nadie jamás supo su nombre
pues solo su familia conocía,
aquella que cuando no volvía
perdio su fe en el hombre.
Nunca recogió medallas
aunque en batallas estuvo,
era ese hijo que anduvo
demostrando sus agallas,
entre las montañas y playas
hasta que la muerte le detuvo.
A conflictos fue enviado
de los que culpable no era,
a pelear con aquel que espera,
ser de la pelea liberado,
y termine este conflicto preparado
por el que en retaguardia queda.
Son soldados de unas Patrias
de cultura y banderas diferentes,
más todos son los referentes;
del amor que causa su desgracia,
y el rápido olvido de las gentes
que aplaudía a rabiar con gracia.
Ahora muy pocos les lloran
pues las lágrimas se secaron,
nadie sabe donde ellos quedaron
y solo florecillas a su lado afloran,
esas que tanto al soldado adoran
al volver a la tierra que pisaron.
Joanmoypra