Muero de amor diariamente en la telúrica lucha,
Entre el querer y el amar que se apodera de mi ser
Haciendo trizas mis lágrimas, con la confusión acuesta
Y como pesada cruz mantengo un camino
Una ruta de molinos y arco iris
Desvaneciendo mis sueños
y agobiando la expectación
A veces flaqueo
cuando las fuerzas internas me abandonan
Pero mantengo la reciedumbre
Y denodado empeño, que caprichosamente
Pretende asirse como pedazo de madera,
Ante el impetuoso mar que lo arrastra a sus anchas,
Pero ante el soplo de aliento
Que ofrece o brinda la lejana orilla,
Veo la obligación de seguir con vida
Aunque muera cada día
Renazco de las cenizas que deja la partida
Siempre habrá un nuevo viento
Que lleve la gabarra a renovado puerto