Marc Tellez Gonzalez

Antes de partir.

 


Antes de partir, quiero dejar la tierra limpia, dejar en su sitio todas esas cosas que me acompañaron en mi vida.

 

Cortaré el césped y dejaré flores del mismo jardín en el jarrón que adorna y da bienvenida al que fue mi hogar.

 

En mi habitación quedara la fragancia de la colonia que tantos años use, quedara en orden cada prenda que he portado, sabiendo que en mi cama tu eras mi cobija más amada.

 

Me despediré del cuerpo ya cansado y deteriorado por los años, cuerpo que guardo lo más importante y valioso que hace al hombre y que he tenido desde el momento en que fui gestado, cosa bella e inmensa que le llamamos corazón.

 

Pieza valiosa del hombre porque en el, están todas y cada una de las cosas que se aman.

 

Conocí el amor al mismo tiempo en que nací, mi más grande y puro amor, mismo amor que vi morir, pero en este momento es lo de menos, ya que es momento del reencuentro añorado.

 

¡Qué ironía!

 

De mi padre aprendí otras gracias que sin saber hasta este instante, me regalo su más grande herencia, que fue su fuerza y sabiduría, y hoy que es momento de partir sé que los pondrá nuevamente a prueba.

 

De mis amados hermanos, conocí la competitívidad, compañerismo y la solidaridad, han de saber que fueron mis mejores amigos en todo y cada sentido vivido en mi relativa vida.

 

Me llevaré el dulce sabor de haber conocido el amor que da una mujer a su amado hombre, compañera solidaria que me entrego la plenitud de su vida, hecha cuerpo alma y corazón.

 

En su amor me entrego a mi amado hijo, amado desde el primer momento que supe de su existir.

 

Hijo al que me toco dar mi fuerza y sabiduría como su mejor herencia, pequeña vida que contiene el significado más grande guardado en el acto de amor de una mujer y un hombre.

 

Habré conocido muchas personas buenas que me acompañaron para conocer este mundo, mundo en el que camine, viví y explore hasta donde mis ojos me permitieron ver.

 

Conocí también las cosas irónicas y malas que me dieron experiencia y madures, y que después de vivírlas menos veces tropecé.

 

Así es la vida tan llena y plena, así me mantuve feliz, fuerte y erguido conjugando mente alma y corazón.

 

Conocí el verdadero perdón, que conlleva sacar todos los rencores que habitan el alma, y saber que perdonar va más aya de una palabra, porque perdonar es estar en paz con todo mundo y con dios.

 

Es muy cierto que la vida comienza y termina de la misma manera, totalmente desnudos y con un llanto profundo, pero sé que esto es así.

 

Porque el hombre muere con el olvido, y perdura siempre en los recuerdos de quienes compartieron su vida y lo vieron existir, dándole la inmortalidad del recuerdo.

 

Cumplí con las cuatro leyes de la vida que es nacer, crecer, reproducirse y morir y en poco tiempo conformaré parte de la naturaleza y reposaré siendo el mismo polvo que fui antes de nacer.

 

Es posible que me falten cosas por decir y hacer pero esto es parte de lo que mi corazón siente antes de partir.

 

No quiero terminar con un sentido adiós, prefiero un alentador y sincero hasta luego.

 

 


Marc Téllez González