Uno es ciego de palabras Y anda de camino sin motivos Pasa flores, pasa campos verdes Pero sigue, paso a paso su sendero Con las manos en los bolsillos. Un día, sin previo aviso Llega una tormenta Y tras ella un hilo de luz desciende Hasta al borde justo de un abismo Y el caminante te detiene. Resulta entonces que ese abismo Tiene voz dulce, Tiene una corona de nombre hermoso Y empiezan a recordarse las flores Los campos verdes Comienzan a deshojarse los pasos. Es así como se despierta De un sueño desesperado Y por una vez … es cierto Yo soy el caminante Tú, mi abismo completo Y lo pequeño es grande Lo grande, diminuto Un beso resulta ser mucho Una vida, muy poco.