Llega la calma...
Ahora en un lugar desierto y oscuro en el que habita mi alma,
tan incierto y seguro, pues de allí nadie se escapa...
la niebla entre la oscuridad es la que me atrapa,
llovizna de silencio, destaca el viento que no dice nada,
mis miradas al firmamento se han perdido en tu mirada,
estoy sola, aquí me encuentro entre el frío y las olas,
sin saber que es lo que hay que hacer después de la tormenta del perecer,
pasan lentas las horas... estoy en un lugar donde no existen las demoras
, pues sólo debo esperar a que llegue el día después de la eternidad...
desterrada y sola, triste destronada que abrazada a una roca conseguí entonar una balada,
desolada me dí cuenta de que sólo me escuchaba mi almohada,
esa que secretos y promesas tiene bien guardadas...
me inhundó la más absoluta tristeza,
me invadió como invade el sol al día con su belleza,
sin destreza me enterró en el lugar más oscuro de su corazón,
donde la penumbra remitente cede cuando estático cambia el poder de su mente,
y me ama, me habla de frente y le da igual lo que piense otra gente,
no se si me extrañas, si llegas a leerme en este sitio incoherente,
no quiero que piense tu mente que ando desaparecida permanentemente,
no soy es suicida consecuente...
por faltar se me fué la vida,
y aquí estoy después de la tormenta...curando mis heridas...
ora en un lugar oscuro, siniestro y desierto