He sentido unos roces de, alguna mujer
hiriendo mis entrañas con cuerpos escarlatas,
he visto mis vestidos rasgados entre platas,
he sentido tus manos empuñando mi ser.
Pasan llorando tristes tus años juveniles
pasan y suben lejos como espeso vapor,
en mis manos dolor, en mi pecho dolor
y, en mis pies más dolor muriendo en mis abriles.
He huido lejano al tiempo, por aquellos visajes
del blanco Kundalini, queriendo hallar mis trajes
mas al alborear los dioses emigraron;
he sentido mujer al fondo de mis penas,
he sentido una ninfa subiendo por mis venas
he visto unas nereidas que por siempre lloraron.
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John Morales Arriola.