ALVARO J. MARQUEZ

MARTES 13

Tal vez no era el mejor día para verte,
dicen que es un día de mala suerte,
pero para nosotros no lo fue…
Me fijé ese día para encontrarte,
era una oportunidad única de amarte
y de hecho, con el alma te amé.

Quizá era un día para mejor no salir,
son muchas las cosas que puedo decir
de ésta, tan temida y recordada fecha.
Muchas cosas ese día podían suceder,
una historia de amor se podía hacer
y en efecto… una historia estaba hecha.

Era un día para oír a gente temerosa
o disfrutar de tu desnudez hermosa
y olvidarme de la gente, del mundo.
Pensé en esas dos decisiones, soy sincero;
pude decidirme por lo primero…
pero todo en mí pedía lo segundo.

¿Mala suerte? Ese riesgo lo asumí,
era estar muy enamorado junto a ti
o temerle a lo que muchos comentaban;
pero quería amarte sin recesos
y no olvido cómo ese día mis besos
en tu cuerpo se posaban.

Ese día descubrí -¿qué te parece?-
que tu piel nada sabía del martes 13
y que de nuestra suerte éramos dueños.
Comprobé con mis manos, con mis dedos,
que pudiendo ese día ser víctimas de miedos,
preferimos correr y alcanzar nuestros sueños.

Martes 13. ¿Mala suerte? Quién sabe…
Nosotros simplemente teníamos la llave
que abriría la puerta a otra realidad.
¡Y la abrimos! Dimos ese paso…
para fundirnos en el más íntimo abrazo
y gritarnos a besos nuestra verdad.

No supieron de días malos tus senos,
los poros de tu piel estaban llenos
de ansias que no sabían de superstición.
Ávidos de amarnos perdimos la calma
y ya no supo de mala suerte mi alma
y tampoco quiso saberlo el corazón.

El destino no sabe de fechas, de días,
cualquier día te da tristezas o alegrías
y en eso de sorprendernos es muy diestro.
Celebro que amando pudiéramos decidir
y sabiendo que había un cielo por construir,
nos atreviéramos a construir el nuestro.