Ya no me siento tan solo,
me acompañan los recuerdos de algo hermoso vivido,
lágrimas desde mis entrañas que retuercen mi ser por completo;
sentimientos del alma que sofocan mi corazón.
Cada camino que tomo se hace eterno, estoy sin tu companía,
compañera del inicio de mi vida que va llegando a su final.
La calma aún no llega y dudo que lo haga;
es difícil cuando se sabe que la vida es una carga que se hace muy pesada en el solitario caminar.
...y que fué de aquel amor que un dia desplegó como un ángel sus alas?
Largas caminatas cuestionan si alguna vez existió.
A veces voy a un lugar donde el tiempo marcó mi destino,
donde aquel tímido beso susurró en tus labios el comienzo de nuestro \"amor\".
...nunca olvidaré aquella noche, saber volver a mi solitaria casa portando una ilusión.
...entonces desaparecieron dudas y comenzó la calma,
esperanza del alma que sofocada y sin aliento,
levantó sus brazos al cielo agradeciendo ese preciado momento.
Ayyy amor mío!!! tendrías que por un instante estar en mi pellejo,
cargado de fiebres e impulsos que me elevan al más ansiado éxtasis,
dejando como saldo las ganas de abrazarte, transportándonos cada diá al comienzo de este amor,
haciéndolo cada día como si fuese el primero,
con los sentimientos elevados al cielo y mi alma aferrada al corazón.
Hoy, lágrimas reemplazan la alegría con tristeza,
angustia que hiere a muerte, cortando sueños, transformándolos en pesadillas;
y entre tanta historia y tantos años juntos,
solo va quedando la deuda rencorosa de lo que percibes con tu enojo,
sin la posibilidad de que hurgues en tu alma, contemplando lo que verdaderamente siente tu corazón.
...ya hace mas de un año que no recibo un beso de tus encantadores y tibios labios,
y cuando una caricia yo te doy, la esquivas sin sentir dolor por tu falta de amor;
no hay arrepentimiento en tus ojos, mientras los míos se ahogan en silencio,
y sin un solo remordimiento, dices que estarás mejor sin mí.
....sin entenderlo y forzado a aceptarlo, voy haciéndome a la idea,
que mi vida como era ya ha terminado, y desde ahora en adelante,
la tendré que aprender a morir sin tí.
A.Cuenca