Cuando llegaste
Me trajiste los porqués
Me hiciste sonreír,
por merecer.
Me diste tu horizonte
Y un puente entre los dos
dibujaste el sol de mí,
el que salía de mis carnes…
Y toda sombra se fue.
Antes quería dormir,
seguir y seguir...
Hoy despierto antes de ti
Solo por ver como sonríes
Cuando abres los ojos y me ves;
La vida se ilumina:
Y las razones para seguir
me florecen por millones.
Al desayuno, o al medio día
Regalas justo lo que yo quería:
Un beso acompañado
de futuro y de pasado
calmando el cuerpo maltratado
por lo mucho que te amo,
amaré y he amado.
Eres increíble…
Hay regocijo al lado tuyo.
Es que no imaginaría
que la vida me pondría,
justo aquí,
Lo que aún no me había dado.
Y todo emana de ti.
Como un rio nuevo
Que alimenta un pueblo,
Y es pueblo de mí.
Siquiera pienso descubrir
De donde viene tu poder.
Donde vive tu misterio,
Ese remedio prescrito
para absolverme del mundo
que ha quedado atrás,
o de los sueños de ayer.
Yo no sabía de un amor así.
Cerca de ti, todo es tan “clean”
Un dibujo, dos palabras...
Y me siento enamorada.
Tu cariño,
tus maneras de cuidarme,
tu forma de fijarte en mí,
Aunque yo no tenga nada.
No importa el tiempo
Ni todo lo que ya pasó,
Los infortunios, los problemas,
Esos los cargo yo…
Descanso de las batallas
en las trincheras que guardas
a cada lado de tus mejillas.
Tu hermosa sonrisa, que calma,
Enaltece y me apacigua.
Quiero disfrutarte
cada invención traviesa,
Y hasta las veces que duermes
Con seis cobijas bajo la mesa.
Prometo prometerte
Aceptar cuantos gatos o perros
recojas de la calle
(Uno por vez, es lo que vale),
Y dejar que tus manos
acompañen las mías,
dibujando estrellas
en las noches sin luz,
enseñarte una oración
y la señal de la cruz,
para que no olvides al crecer,
que todo hombre debe tener
algo en lo que creer…
Pretendo mostrarte
la hermosura de las flores,
que todas son iguales,
en sus formas naturales,
sin embargo diferentes.
Ciertos detalles los descubrirás
cuando te propongas amarlas,
Tal y como las mujeres
que en tu pecho se abrirán.
Intentaré hacerte entender,
que el pan no es solo alimento
Es un forjador de sueños,
Y lo que al hombre le da honra;
Sabor a sudor honesto,
Molde de trinos más contentos.
Mas permitiré siempre
que llegues a hurtadillas
(aun cuando estés grande y bien formado)
buscando abrigo a mi costado;
Y me despiertes fingiéndote asustado,
Como siempre, en tono exagerado:
-¡Mamá, tuve doce pesadillas!
Mi dulce ángel Gustavo.
(Socorro Maria Lopes)