Aquí me encuentro sentado y jodido sin saber que decir pues la espalda me arde como las hogueras de San Juan dolores viene y dolores van.
Si intento caminar las piernas me empiezan a fallar, si me muevo aún lado es como si me dispararan con una pistola de clavos, si me muevo al otro no me muero pero falta poco,
Esto lo trae el no hacer caso cuando mi cuerpo me dice Stop por ahí no paso, pero como cabezón que soy ignoro su advertencia y de cabeza voy, ahora me lamento por este tormento que yo mismo he buscado con tanto talento.
Mientras de mi cuerpo me ria el no dice nada pero cuando se enfría, chilla, llora y desde este infierno implora por caridad un poco de tranquilidad.
No me puedo poner de pie sin apretar los dientes, arrastrar los pies como serpientes mientras siseo conscientemente, ah que satisfacción poder correr como lo hacia ayer saltar sin pensar que al caer las caderas se te van a romper.
Soy como un barco hundido cada marea que pasa me clavo mas en la arena aún a sabiendas que en él la vida acaba habitando, en mí poco a poco se va marchando.
Se va la alegría y las ganas de seguir, se va la ilusión de pensar en un porvenir. Tan solo te queda consumirte poco a poco como una vela que se va derritiendo de dentro hacía fuera.