El amor, yo sé lo que digo, es como un juego
donde hay dos tahures que si ganan se besan,
que consumiendo van sus ansias en el fuego
y casi siempre hacia el final quedan pavesas.
Sólo son dos, es lo normal, los dos amantes,
dos almas, dos vidas que van sumando puntos,
que decididos a triunfar, son aspirantes,
y que hasta que llega el final suspiran juntos.
El azar en esta liz no existe Hay que cuidar
que los dos triunfantes terminen la partida,
pues el éxito se supone ya al jugar
la mas bella y bonita experiencia de vida.
Es esta una estampa de amor donde un brasero
caldea las faldas de una mesa camilla,
sobre el tapete con primor luce un florero.
Las brasas habrá que atizarlas con esmero
hasta que se pueda quemar la última astilla
y cuidar que no se marchiten los te quiero.