La miré de repente, de repente entendí,
Que ella era para mí como una chispa ardiente;
Las formas de su cuerpo, lo dulce de su voz,
Del cabello, el color; de su piel, el deseo;
La miré de repente y todo se lo di,
Y aunque el control perdí, le dije dulcemente
Es usted como diosa convertida en mujer,
Exquisito placer, volátil mariposa;
Es usted dueña mía lo que siempre soñaba,
Realidad dorada en mi melancolía;
Y tan sólo una cosa yo quisiera saber:
-Si me puede querer, ¿quisiera ser mi esposa?