Hoy decidí enamorarme de ti,
de cualquiera,
luciérnaga o espanto
malvada o inamovible
triunfadora o pesimista
sin sonido perfecto
escandalosa, inanimada.
Con mis anteojos del alma
puestos adrede
subiré el tapiz del olmo para
encontrarte, allí, solariega o pecaminosa
no me importa.
Decidí enamorarme de ti,
de cualquiera,
para reconocerte mía
como quien reconoce el ocaso
como quien se lanza al vacío.
Te abrazaré dichoso
sin que lo entiendas.