Beatriz Blanca

PINCELADAS SUELTAS.

I

Mientras la aurora despierta mi espìritu

una campana me cubre y abraza

para que suene el viento en mi interior

con un canto de ruiseñor, anidando en mis venas.

II

Los pètalos enamorados de una flor

piden limosna en un dulce suspiro

que refleja el sol en mis raìces terrenas

estiràndose para alcanzar mis ojos dormidos.

 

III

Se volaron como mariposas de brillantes colores,

agradecida por la inmensa alegìa que me obsequiaron,

por el efluvio aromàtico y exquisito que percibì

en la bocanada de los lirios divinos de tu boca.