Si crees en algún momento
que mis pensamientos
van hacia otro lugar
que no sea tu cuerpo...
¡descúbrelo ante mis ojos!,
¡prorrumpe con celos
y con enojos...!
Cuando la duda te asalte
sobre la impecable
pureza de mis sentimientos,
o si en un fugaz destello
de tus pensamientos,
en tu corazón clava el aguijón
algún descontento,
por detalles ausentes...
por la falta de un beso...
No tengas piedad...
¡sacúdeme entero!,
¡qué no mengüe el fuego
del amor que siento!
Yo sé que serán
totalmente infundados
tus requerimientos,
pero, ante tus celos... yo,
¡estaré contento!