Odraude

Ser.

 

¡No soy lobo!, ¡ni soy ciervo!

por alma llevo un corcel

y de piel llevo un cordero,

más de eso

no pueden ver…

 

Mias son las soledades

impregnadas por el tiempo,

me arrasan las claridades

que llevé en el pensamiento.

 

Mi corazón, nada guarda:

él es un bajel sin remos;

mas a ti, amor, amar

puede acaso, o eso creo...

 

¡Qué no soy lobo!, ¡ni ciervo!

Qué al alma llevo el corcel

y a la piel llevo el cordero;

más de eso

no pueden ver.