Ya no le digo te quiero a nadie,
he perdido el sur del vestido y las
costuras se abren,parezco una tela
inflexionada,una rota lana.
Me río de tanta lluvia, a veces
el aliento es iracundo y lunático,
la frescura y el atrevimiento
se han echo detribus, pondero
por eso todo amor deshilachado,
me aceito de madrugadas pasivas
y al mirar por la ventana se va
aquel dramatismo de antaño,
aquella ira romántica que
ponía un precio a la aventura..