Me invadió un presentimiento
Que con fuerza me arrancó
una llamarada que en mi corazón ardió
la despedida era inminente
el abrazo de una tristeza profunda me abrumó
la nostalgía a mi volvió, ¡qué pena me invadió!
Pronto ya no la vería
la voz de la humanidad lejana sonaría.
Ahora en esta insensibilidad en la que ahora me hallo
llega el viento trayendo hacia mi, aromas cercanos
parece que la escucho decir, traída por un sueño
como la mañana que empieza le pido al viento
que no te olvides de mi, que aunque callada y en silencio
siempre estaré ahí, nada a de preocuparte
Cuando me alcanza la noche puedo sentir
aunque no estás aquí,
que no te has olvidado de mi.
Marian Torres