Entre mis sábanas blancas
y el calor que mi cuerpo irradiaba
te busqué esta mañana
y tú ya no estabas...
Estiré mis manos
alcanzando la almohada
y aspiré con ojos cerrados
todo el perfume que allí quedaba...
Me aferré dulcemente a ella
como si fuera a tí a quién abrazaba
y soñé con tu piel ardiente
quemándome hasta el alma...
Miles de fantasías surgieron
tejiendo en mi mente
telarañas de pasión
que atraparon mi corazón latente...
Sutiles huellas imborrables
dibujaron tus manos
sobre mis curvas prominentes
explorando centímetro a centímetro
mis territorios vivientes...
De repente se abrieron mis ojos
y con tristeza asumí
que finalmente no estabas aquí...
Por qué diablos costarà tanto
enlazar sueños con realidad,
maldita suerte la mía
encontrarme durmiendo y abrazada
a la fría y cruel soledad...
ESMERALDA