Darío Ernesto

Mi Tesoro

Darío Ernesto Muñoz Sosa

Mi tesoro

 

Amada mía, al pasar los años  legüeros

me siento la sabia y frondosa sombra,

cobijándote  de sol abrazador,

Siendo  arena despojada de maldad, acariciando tus pies

Recordando, oh mi vida

Aquellas blancas y serenas  playas del Uruguay

Sintiéndome,  remembranza y nostalgia

Hay aquellos besos, que tu boca de miel a los labios embebe,

Me siento destino, de un viaje instintivo

Pues forjamos, un crisol de  voces los niños

Manitos tiernas, pequeños angelitos,

Siendo así bendición

  Rocío en las noches  de verano,

Yaciendo, reposando

 como la gran estrella que alumbra en silencio

tu piel, tu pelo.

Ser serenata de versos

en las noches de insomnio

Sentirme un eterno rio y con mis  poemas

como el sauce

Que acompaña en crece y sequia,

 como la vida misma.

Sentirme, susurros, pensamiento anclar

donde tus ojos se iluminen

Al oír mi voz en las distancias.

Ser la zamba que tu amaste danzar, siendo tu pañuelo blanco

Irme entre las crestas de los álamos, en las noches de soledades

Pues no se van los hombres por los caminos del amor

Sin huellas dejar.

Muere en la tarde el rayo de sol  y nacen los astros

Como nuestros  hijos, con nuestros gestos,

eternizando la vida, bellamente  deleitable.