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Cartas Intimas :Vincent a Theo

Querido Theo:

 

Tengo que agradeceros nuevamente vuestro oportuno envío de doscientos francos los mismos que me han facilitado no sabéis cuanto la vida, sobre todo para adquirir más y mejores pinturas. Pero no creáis por ningún motivo del mundo que no estoy comiendo bien ,solo que esta ansiedad que tengo por pintar me ha quitado por el momento el hambre física  de mi esmirriado cuerpo. Pero a ratos me alimento un poco y no vayáis a creer nunca lo contrario.

No se si os dije que hace dos meses día invité al panadero a retratarse a mi cuarto y ha quedado finalmente muy conforme y contento con su retrato concluido. Me juró que pasaría por el al día siguiente de habérselo mostrado y esto que data ya desde hace ya un mes no se ha producido aún. Lo que más me molesta es que ni regalado se lo haya querido llevar.

 

Pero pasaré ahora a otro asunto esta vez algo  para mi muy triste y delicado .Finalmente os comunico que se marchó Raquel , esa pobre mujer que vivía a expensas mía, su vida ,como ya os he contado en otras oportunidades ,fue marcada por su extrema inocencia en su más intima esencia y toda la maldad sin molestarse para nada que la rodeó desde su más tierna infancia. Ambas, inocencia y maldad  se manifestaban alternadamente en ella a diario conmigo para mi total desquiciamiento por desgracia. No era propiamente tal la mujer que hubiera deseado como compañera de viaje ,pero tenía una gran virtud según yo,  y es que siempre me creyó un verdadero genio. Y mi pobre ego aplastado por mi timidez y el temor al ridículo, volaba  junto a mis pequeños sueños y a cambio de sus reiterados halagos yo le ofrecía para vivir esta humilde casa.

Cuanta necesidad que lo reconozcan tiene el artista que hasta es capaz de tener de compañera habitual una mujer de la calle que no tiene solución, más aún  viviendo al lado de un terrible ser obsesivo como yo ,el más insano de cabeza que haya podido existir en este pequeño pueblo Arles.

A Raquel finalmente la vino a buscar un lúgubre carro casi diría fúnebre ,de ambulancia quiero decir ,y se la llevaron sin ninguna duda al loquero  ,pobrecita  ,aunque pienso para mis adentros con bastante rabia en que ella se me anduvo adelantando a mi destino la muy bandida.

 

Pero lo más importante para el mundo del futuro es que mis pinturas van muy bien ,ayer por ejemplo pinté un sol maravilloso y la otra noche unos tulipanes amarillos. Todos aquí les dicen girasoles pero a mi me gusta decirles sencillamente tulipanes. Mis tulipanes de las praderas de adviento.

 

Creo a ratos mi querido hermano Theo y muy íntimamente te lo confieso ,que ya no me queda nada por pintar en la vida y lo irónico del caso es que me siguen ardiendo los dedos cada vez que huelo trementina. A ratos no quiero volver a hacerlo pues este oficio me vuelve loco o tal vez ,sin llegar a mentiros  del todo ,esquizofrénico.

 

Esta mancha de sangre que os aparece ahora abruptamente sobre esta hoja de mi carta proviene de mi cuerpo. De mi oreja para ser más exacto. Pero no os preocupéis para nada ni os inquietéis porque ya fui sanado y luego debidamente dado de  alta en el hospital y ahora como debéis estar imaginando correctamente me queda una  sola oreja .Y lo peor es que con ella escucho casi lo mismo que cuando tenía las dos ,cosa que yo no aspiraba de ninguna manera al cercenarme la primera.

Es algo terrible lo que voy a deciros ahora Theo pero aún no se si mi vida ha valido la pena, te voy a extrañar mucho, cuídate.....te quiero.....

 

VINCENT

 

 

!BAMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMMM!