Sara (Bar literario)

Sobre la fe

El espejo, seguirá inmóvil.

Como la luna,

sobre una estampa

que te sucede en la inmensa

atmósfera del tiempo.

Como el espejo.

Todo seguirá ahí.

La lucha, la falla,

la sonrisa, la lágrima

la lágrima en la sonrisa.

La sangre.

El pulso. La derrota.

Todo lento, inapelable. 

La frente en el suelo.

El tacto sobre la frente.

El hombre sobre la derrota.

La derrota como pozo de miedo.

Todo seguirá igual.

Lento, frío, incalculable

Antes del primer paso,

antes de seguir

después de levantarse.

Todo seguirá,

como si fuera día

y no noche, el caminar 

en el que andamos,

después de desmoronarnos.

Mi boca sujeta al aliento

Mis manos vacías,

mis manos en vuelo

el pájaro estático sobre la carne.

El viento.

El viento del norte, pérdida

Yo, como estandarte 

yo, como piedra

yo, perdiendo.

Yo, fusilando la niebla

yo, cerrando los ojos

y soñando,

que mis párpados

se abren

al disiparse

el último vestigio del dolor.

El espejo es una llave

que mueve al mundo

en contra del destino.

Incalculable.