El espejo, seguirá inmóvil.
Como la luna,
sobre una estampa
que te sucede en la inmensa
atmósfera del tiempo.
Como el espejo.
Todo seguirá ahí.
La lucha, la falla,
la sonrisa, la lágrima
la lágrima en la sonrisa.
La sangre.
El pulso. La derrota.
Todo lento, inapelable.
La frente en el suelo.
El tacto sobre la frente.
El hombre sobre la derrota.
La derrota como pozo de miedo.
Todo seguirá igual.
Lento, frío, incalculable
Antes del primer paso,
antes de seguir
después de levantarse.
Todo seguirá,
como si fuera día
y no noche, el caminar
en el que andamos,
después de desmoronarnos.
Mi boca sujeta al aliento
Mis manos vacías,
mis manos en vuelo
el pájaro estático sobre la carne.
El viento.
El viento del norte, pérdida
Yo, como estandarte
yo, como piedra
yo, perdiendo.
Yo, fusilando la niebla
yo, cerrando los ojos
y soñando,
que mis párpados
se abren
al disiparse
el último vestigio del dolor.
El espejo es una llave
que mueve al mundo
en contra del destino.
Incalculable.