Impacto sensitivo en la piel esperanzada,
huella invisible entre pliegues que beben el ansia,
inauguras frescos panales con madreselvas
y enramadas en la comisura del arrecife...
Latigazo deseado sobre piel en ardores,
fustigas todas las distancias para ir al labio
a descargar la miel en corales que se agregan
fuego inaugural de intercambios anhelados.
Llama volandera como ofrenda interesada;
llevas ruego de trueque en la punta de la lengua.
Saltas en alboradas con trueno de inicios,
enciendes y te encienden llamas enamoradas.
Eres intención acepta en la cima de las fresas,
tibieza danzante sobre carnes de encuentros,
invisibles paredes plegándose en espasmos,
percepción de tulipanes en la primavera…
¡Quién puede asirte sino quien te anhela!
Te anuncia la piel que se arrulla en tu sola propuesta,
el labio henchido, los pechos henchidos de esperas,
el alma arrebujada con tu anuncio de ofrendas.
¡Quién puede atraparte si no busca tu enramada!
Tu inicio precede el idilio de las hogueras.
Te avecinas saltarín desde el labio empinado
y acabas gastando en los labios las madreselvas…