Las fronteras están de duelo
porque tu alma es un diamante que se asoma por mis ojos,
y entonces se cubren de perfume las campanas,
y las rosas abren sus retoños.
Cuando comencé el camino
no sabía ni adónde iba
y ahora que tú eres lucero de mi corazón,
alumbras hasta el eco de mi voz cuando te llamo.
Amarte en la inmensidad del amor
es cantar entre la tierra y el cielo
y darle sonrisas a la vida
es decirle al sol qué harás cuando despiertes.