Duerme el abuelo
sobre las viejas pancartas
diagramadas en sangre
que surcaron aquel pasado
que era su presente
en procura de un futuro
que aún sigue esperando
Junto a él pasa la María,
nombre triado en toda América Latina,
que refleja la esperanza
y la fe de aquellos dias;
lleva empuñado el arado
que antes fuera el fusil
del abuelo en la montaña;
viene abriendo las entrañas
a la tierra que ha perdido
el color verde por el acre
sabor de los desiertos
Y allá junto a la vereda
acecha un futuro ignorado,
es el futuro que se perdió
entre la lucha del abuelo
y la consagración de María;
ha aprendido que el progreso
es una jeringa descartable
que le ha servido de avión
hacia el mundo de la canción,
abandonó la ilusión
por perseguir fantasías
Pero al pararme un instante
las tres sombras a contemplar
son irreconciliables
mas llevan a su espalda la marca común
una suela de bota bien marcada
donde otro se apoyó una mañana
para cortar su manzana