Luna brillante tu luz reverbera
aquel dulce amor por mi ya perdido,
que a gritos hoy pide ¡vuelve ya al nido!
que arde muy fuerte nuestra vieja hoguera.
Ese beso amoroso como ofrenda
que en mi boca por siempre quedo adscrito,
sello el pacto de un amor infinito
cual oráculo hecho una fiel promesa.
La vida vil ruleta de locura
te oculto entre brumas sin yo saberlo,
desde entonces habito en la penumbra.
Mi vida vi pasar frente al espejo,
ya no quiero andar otra vez a oscuras
necesito de tu ardoroso beso.
Nuestras vidas se cruzan nuevamente
puedo observarte en medio de las olas,
y no quiero sentir que he de perderte.
Ese deseo vuela como alondra,
cada día nace en mi esa cimiente
ya anhelo besar tu ardorosa boca.
He pasado de largo la treintena,
mi andar muchos amores a vivido
solo deseo reposar contigo,
a tu lado he de sentar la cabeza.
Quiero ahora seguir la dulce estela
del sentir en ti el ingente cariño
de nuestro primer beso hoy revivido,
y acabar ya ¡con esta larga espera!.
Un beso y una flor.
Alfredo Daniel López.