Porque el tiempo evasivo se me escapa,
y me resta sembrar ¡tanta ternura!
el espejo devuelve mi figura,
con la muerte hilvanada en mi solapa.
Para hallarme a mi mismo en esta etapa,
consentir como espléndida locura,
galopar el corcel de la escritura
ostentando unos versos como capa.
Quiero un sello perenne de mis pasos,
y gritar, con razón o sin motivo,
en silencio, mis logros y fracasos.
Tengo arritmia de amor, por eso escribo,
y es mi pluma bohemia el marcapasos,
que me impulsa, entrañable, a seguir vivo.