Me encuentro situado en el vórtice de la conciencia, esperando la llegada de las respuestas que aclaren mis pensamientos.
Caen las dudas una, a una como las hojas del ciruelo al tocarlo un nuevo otoño, y que acaba con lo verde de su expresión infinita.
Adorado pensamiento que se cubre al sentirse desnudo, cobijándose así de un sentido insensato y oscuro.
Tiempo hechizado, que marcha ronroneánte ante el sinuoso camino de la tortura a la duda que se eleva al viento.
Así son mis preguntas cuando no encuentro respuesta alguna a mi pensamiento.
Déjame ser airé claro, déjame ser respuesta a la duda, para encontrar el remedio de lo que hoy me tortura.
Marc Téllez González