No fueron nuestras noches tan negras,
más bien las recuerdo pálidas.
Recuerdo las cálidas
nubes de humo
de los cigarrillos que fumo,
y de los ardientes sorbos de ron.
Recuerdo las muecas de tu cara, con gracia
y serenos tus ojos recuerdo.
Recuerdo que me miraste y me dijiste
que la luna era nuestra,
que si te ibas ahora, sería en ti eterno.
Recuerdo que me dolió tu retorno,
recuerdo que me borraste de tu memoria
más no de tus labios.
Tus ojos de ceniza
no me reconocieron,
tus brazos no me mintieron
y el contorno de tu rostro seguía siendo el mismo.
Recuerdo que te dije que yo sin ti no soy eterno.
Que la luna era nuestra en pasados perdidos.
Todo sería distinto si te hubieses ido.
¿Seguiría tan igual si no hubiese vuelto?