carlos javier suazo lopez

Un poeta de la mar

Desde afuera.

 

Veo que tienes un tragaluz en el pecho

se ve tu corazón hecho pedazos:    

cuando tu estertor moviendo las flores

junto a la amada en el lecho de amores;

se volvió en el llano de los frágiles lazos

que no cesan de quedarse sin trechos.

 

No te alejes espera.

 

Quedaste como el gran quijote

alienado de por vida

y sin vida quisiste seguir por la vereda.

Te gusta tomar el fruto que liquida

las ansias de seguir el cipote

de la existencia, buscas ahora la muerte de queda.

 

No te mueras.

 

Sé que Sientes ahora los besos del mar 

en las rocas de las sienes.

Abrazándote a su embeleso

y dejando reposar en ese beso

la fatigada cabeza que tienes

galeote fornido de la mar.

 

No dejes que el mar te arrastre, no te ahogues,

espera.

 

Hay momentos que sientes

la sínica tempestad del pensamiento

o la vaga inspiración mía

sintiendo como carcomen tus hueso

de cosquillas y entumecimiento

por querer escribir torrentes de poesía.

 

No llores... aunque el sol se haya ido

libérate, preso

que mañana es un nuevo día.

 

No te mueras.