Desde afuera.
Veo que tienes un tragaluz en el pecho
se ve tu corazón hecho pedazos:
cuando tu estertor moviendo las flores
junto a la amada en el lecho de amores;
se volvió en el llano de los frágiles lazos
que no cesan de quedarse sin trechos.
No te alejes espera.
Quedaste como el gran quijote
alienado de por vida
y sin vida quisiste seguir por la vereda.
Te gusta tomar el fruto que liquida
las ansias de seguir el cipote
de la existencia, buscas ahora la muerte de queda.
No te mueras.
Sé que Sientes ahora los besos del mar
en las rocas de las sienes.
Abrazándote a su embeleso
y dejando reposar en ese beso
la fatigada cabeza que tienes
galeote fornido de la mar.
No dejes que el mar te arrastre, no te ahogues,
espera.
Hay momentos que sientes
la sínica tempestad del pensamiento
o la vaga inspiración mía
sintiendo como carcomen tus hueso
de cosquillas y entumecimiento
por querer escribir torrentes de poesía.
No llores... aunque el sol se haya ido
libérate, preso
que mañana es un nuevo día.
No te mueras.