Es tu alma y
la mía.
Tan parecida
amor.
Es la misma
corazón.
Y no miento
al decir.
Que tu eres tu
y yo soy yo.
Tan diferentes.
Que al verte el
deseo de
tenerte.
Hiciese que
apartara a
ese.
Para a solas
hablar con
vos.
Pues es el
alma solo
una.
Como hay un
solo Dios.
Y al oírme
decir esto.
Corrió a ver al
desgraciado.
Que tiré por el
balcón...
Rafael Pablo