Dejaste tu alma abierta
como un palacio sin puertas ni ventanas,
haciendo lo que te dió la gana
dandole rienda suelta, al que te deseaba.
Mas yo, que por tí...todo lo daba
incomforme, pero adicto a tus caprichos,
contemplo arrorizado ante mis ojos
la imagen de tu cuerpo pervertido.
No se porque, tal vez fue por riqueza
o por lujuria que yo no pude darte,
tus labios dulces y tu piel de canela
hoy tienen precio según brinda tus partes.
Tu mente subliminal camina
como un ave que vaga entre la bruma,
y yo, ahogado vivo entre la espuma
que brota de mi cuerpo enfuresido.
No tengo nada, pues todo lo he perdido
lo bueno que tenia, lo compartí contigo,
solo queda el recuerdo, el dolor y el martirio
de saber que te quise, como núnca he querido.