Puedo pensar en ti toda la noche, anhelar tus labios, soñar tu mirada, pensar tu sonrisa e incluso imaginar tu risa.
Puedo pensar en ti toda la noche, extrañarte, desearte, pero no poder hablarte.
Si voltearas a mi, si un día mi sombra llega a donde tu te encuentras y a lo lejos distinguieras mi silueta, sabrías que no puedo esperar más sin tu mirada, sin el rojo de tus labios y sin el ancho resplandor de tu sonrisa.
Pero no lo sabes... Aquí de este lado del mundo el cielo torna gris hasta que te encuentro, o hasta que dices un simple hola, es ahí donde un rayo de luz llega a mi día y me doy cuenta que tu perteneces a lo más profundo de mi ser y quizá ya vivas en mi corazón.