Estoy sentado, junto a mi padre
con apenas seis años
vestido con saco y pantalón oscuros
y una pesada valija de cuero.
Enfrentamos unas enormes puertas dobles
él me decía que confiara en lo aprendido
que me tratarían como a un señor
y como tal debía portarme.
No podía mas que respirar profundo
creyendo a pies juntillas los dichos de mi padre
era mi primer día en la escuela
dónde examinarían mis saberes.
La puerta se abrió y sentí el llamado
mi nombre
fué la primer vez que fuí consiente
de llamarme así.
Me incorporé, con pausa
como si todos estuviesen atentos de mi
tomé la valija con algún esfuerzo escondido
y caminé hacia la puerta.
Al entrar, me presenté
me preguntaron el abecedario
escribí algunas letras y números
solo eso recuerdo.