Cada mañana se viste de colores y cantos,
cada espacio se llena de una idea,
cada segundo se construye por un recuerdo.
Porque al abrir mis ojos:
mi cuerpo aún pretende continuar la aventura que en sueños vivió,
mi mente no sabe lo que realmente pasó
y mi corazón como loco aún palpita con fuerza.
¿Será que mi alma todavía espera ser escuchada
por ese océano de estrellas por el que viaja cada noche?
Abro mis ojos y no estoy presente en mi propio cuerpo,
siento mi ausencia y casi puedo tocarla
pero me ata lo más improbable, lo más incomún, lo más infame; mi naturaleza.
siento mi renuncia a seguir viviendo y casi puedo abrazarla
pero me alejo, lloro, me enojo y me tranquilizo
¿Acaso es esto lo que han experimentado mis antepasados?
¿Es este el viaje de los mitos y leyendas?
Cada segundo empieza a pesar más y más.
cada rincón se descubre casi despidiendose o diciendo hasta pronto,
y esa sensación de nostalgia y curiosidad me invade.
Abro mis ojos y ya no estoy,
giro mi cabeza y me veo, me aterro y comprendo que mi viaje empezó,
no sé si es real, no sé si todo acabo
pero es tiempo de tomar mis recuerdos
y fundirme en el espacio de aquellos que no me olvidarán.