Es el viento
El que me arropa al amanecer
Difuminando el recuerdo
De tu presencia en mi ser
Al final de aquel verano
Dulces días de quimera
De unos besos por tu piel
De unas caricias eternas
Y un cuerpo sabor a miel
Fue tan sólo una tormenta
Diluida por el viento
Una más de aquél verano
Borrando todo el recuerdo
De las páginas de un cuento.