Cuando vacía
el alma estaba, llegaste.
Rebosabas de primorosa alegría.
Sangre nueva recibí.
De tus primorosos encantos.
Como los colibríes,
Cuando a las flores llegan,
Frenéticos, enardecidos,
A libar su dulce miel, así llegaste tú.
De mi todo te adueñaste,
sin decir palabra.
Sin miramiento poseísteme.
De la mano cogidos
Emprendimos el vuelo ansiado.
Ignotos lugares intimamos,
hasta entonces,
desconocidos de los dos.
Parajes donde los sonidos no se escuchan
Solo suspiros apagados.
Instantes excelsos donde el tiempo
estático queda.
Momentos donde las estrellas
al infinito se fugan.
Llenas de ternura y pasión
bambam