Hoy caí en la tentación de amarte más que ayer
porque te veo distinta, más dulce, más linda,
y todo lo bonito que me entregas
acomodan mi alma, mi corazón y mis las letras.
Te veo con el encanto redoblado,
volando como los pájaros más audaces;
con la intrépida sensación de animarte
y brotando infinita y radiante.
Quiero amarte así toda la vida,
como resplandecen los amores recién nacidos,
con la luz generosa de estos días
y las flores que acompañan el camino.