Parece que va a llover, lo siento en todo el cuerpo…
Estoy ensimismada en mí, abocada a la tristeza, sumergida en melancolía.
Hoy pinto, nubes de amargura, tal vez equívoca e involuntariamente, prefiero corazonar que razonar,
embarullada en sentimientos encontrados, escucho el sonido del viento que me susurra al oído,
un adiós que no quiero ver, escuchar ni aceptar.
Cierro los ojos, siento el dolor que me corroe por dentro, abro los ojos, la angustia envuelta en pena,
pinta un cielo gris, mustio, sin brillo, entre brumas, advierto tristemente
que las cosas bellas también tienen final.
Parece que va a llover, lo siento en todo el cuerpo…
Un adiós, me tomo por sorpresa, desprevenida e ingenuamente enamorada.
Lo que antes era ilusión, hoy se volvió desencanto.
Siento que se me evapora el alma, atrapada en un velo envolvente,
una sensación a final anunciado y no aceptado.
Una suave brisa entra por mi oído deslizándose sigilosamente llegando a mi maniatada y pérdida mente
tan confundida y cansada de lidiar con mi ingenuo corazón,
brisa que llega al alma y ayuda a soltarte, a olvidarte.
Atormentada, frágil, te invito a salir de mi cabeza y no regresar.
El cielo se viste de oscuro, acompañando mi duelo.
Una gota en mi frente, anuncia la lluvia y un caudal de llanto inunda mi cara.
Parece que va a llover, lo siento en todo el cuerpo…
Miriadas