No necesito estar enamorado para amarte,
ya no quiero más el título de propiedad de una mujer,
no necesitan ser uno nuestros corazones,
yo te amaré con mi amor, tú me amarás con el tuyo... o no;
somos libres, (ya fracasé con eso más de una vez).
No necesito ser tu marido o tu novio o tu amante…
no necesito para amarte, más que mi corazón de fuego
y mis alas de ángel…
no necesito para amarte, más que el amor que te tengo.
Yo soy (o tal vez no) tu último puerto...
tu bahía, tu atolón, tu faro, una estrella para guiarte
en tu mar o en tu desierto...
y sabes que te espero siempre con los brazos abiertos…
para amarte, con lo que soy... y tengo.
No necesito para amarte, más que vengas a mí,
que me necesites por algunos momentos...
siempre estaré dispuesto, ¡porque mi amor está vivo!,
y no depende de tus deseos ni de tus caprichos;
y es mucho más que un sentimiento,
es mi propia manera de ser, es como quiero y siento...
(no depende de ti).
No necesito para amarte, más que mi voluntad de hierro,
más que la vorágine de mi cielo interno,
ese deseo de darme, que consume todo odio, todo recelo...
Para amarte (de ti) solamente necesito:
¡que quieras recibir mis besos!