Erase una vez
un hombre feliz
que tenía nariz de zanahoria
ojos de cebolla
boca de maíz
patas de centolla
orejas de raíz.
Pero era feliz
como un compatriota
que murió en París.
Pasó por ahí
el príncipe Paris
bello
cual una bellota
pero infeliz
hay que ser marmota.
El hombre feliz sonrió
y el hombre marmota
lo tomó y lo echó
a la sopa.
Sonriendo murió
me lo dijo Carlota
que después se casó
con Paris en Lota.
Y Paris rió
con ella en pelotas.
Y luego felices
se fueron a Europa.