Despacio, lento, calmado,
devorando lento al azul,
la ira no existe solo el
frío dolor de una pena
olvidada que consume,
devora y desaparece
en silencio menguante,
osilante, coqueto y
traicionero.
Devora al azul con
senos, cerros, caderas
y sexo frío de noches
muertas en vela de
romances falsos.
Solo estoy yo en el azul,
solo estoy yo, desnuda en
la hierba, cubierta de rocío,
con un no sé qué, me miras,
rozas mis senos, mierda, me
enamoras lento, y mi sexo
cubierto de rocío te sonroja.
Haces que te desee más,
el azul más intenso se hace,
el roce de tus manos,
más frío y calmado,
haces que el dolor muera.
Haces al azul más
dorado, negro, rojo,
violeta, verde, amarillo,
rosa, haces al azul
más azul y grande.
Te levantas en toda
tu altura y me miras
desde arriba, eterno,
grande, sonrojado,
escrutas con tu mirada
mis pechos, como si
buscaras ver mi corazón.
Te lo enseño, rasgo
la piel de mi pecho
con mis manos,
rasgo mi interior
en busca de mi corazón,
más no lo encuentro,
mis manos manchadas
de sangre no tienen
nada que darte.
Y sin más te vas,
la ira no está
solo el dolor olvidado
que consume, devora y desaparece.
Solo hay un azul más obscuro.