En un lugar
Mas allá de aquí…
Y más acá de la muerte.
Callado,
Taciturno,
Poblado de silencios,
Con techos de nostalgias
Y ríos de tristezas.
En ese lugar...
Hay transeúntes trillados.
Sin trayectoria específicas.
Con cualidades típicas.
Son ojos mojados.
Lágrimas con trincheras.
Con cráteres pesados.
Con burócratas empleados
Que cobran por aplicar La Eutanasia.
Empleados que no jubilan,
Que no vacacionan.
Que yacen en su espacio esperando ser requeridos.
En ese lugar el trabajo, es la muerte de uno mismo.
Con una administración ambigua,
Irritada por el tiempo.
Sin oficina.
Sin accesos.
Sus administradores son cuervos
Que al nutrirse de la carne muerta
(Del hombre que ha fallecido)
Felicitan a sus trabajadores.
Que labran nuestro camino
A las manos de los enterradores.
Demonios que rinden honores
A sus súbditos empleados.
(Tristeza, soledad, Desasosiego)
Cuya osamenta es profana
Y de rostro demacrado.
Ellos
Funestamente nos acechan.
Con hierros que metalizan sus trajes,
Para mostrar una actitud de inmaculados.
Y en los bolsillos, dagas, cuchillos y sables
Y cuerpos decapitados.
Nerudiano.
Todos los derechos de publicación y divulgación reservados por su autor: Jorge Molina. 2010