Devorar es la palabra que voy a usar contigo
devorar tu boca
devorar tu ombligo
tus senos devorar abrigo
devorarme tu gruta violácea
devorar y no es falacia lo que vas a hacer conmigo
cuando te hagas amigo
de mi altar de Samotracia.
Tiene gracia lo que digo
y tiene mucha gracia
devorar con toda audacia
todos tus campos de trigo
como un loco como un mendigo
hasta que quede lacia
toda la meritocracia
de este exigente enemigo
que suele habitar en mi casa.