Quiero gritar en ecos pero mi voz es muda
quisiera decir te amo; mas perdí el esquilón
y, quise ser un hombre pidiendo a otro hombre ayuda
pero en la muchedumbre, murió mi corazón.
vengo a ti con las manos tan llenas de dolor
mirando mi sustancia desde arriba hasta abajo,
a un día de tristezas y de negro fragor,
del desierto muriente que en muchas penas cuajo.
Visiones de verónica sin ninguna medida
pesáronme desnudo con balanzas de vida
y, en mis tactos elípticos fui hallado tan culpable!.
Las penas son el cáliz sagrado de hoy mismo
que bebieron ayer las bocas de aquel istmo
cansadas de la lid, pasa el hombre indomable.
Derechos reservados de autor
John Morales Arriola.