A TRAVÉS DEL TIEMPO
Si tú me soñaras como yo te sueño,
si entre los archivos donde duerme el tiempo
quedaran impresas caricias y besos
y vagas promesas que no se cumplieron.
Si en noches de insomnio plenas de recuerdos
fueran a encontrarse en un mismo vuelo,
como dos alondras, ambos pensamientos,
el tuyo y el mío, es decir, los nuestros.
¿Quién sabe si entonces? Al reconocernos
y sentirse cerca tu oído y mis versos,
ya casi en un roce tu piel y mis dedos,
no volviera a arder, de nuevo aquel fuego.
Fueron los albores de un sentir primero,
primeras palabras con acento inquieto,
primeras esperas y primeros celos,
primeros errores, primeros desvelos.
Le robé una flor a aquel jardinero
y cuando fui a dártela se me cayó al suelo,
intenté una excusa preso de los nervios
y temblé azorado cual niño pequeño.
Tú me sonreíste y tus labios fueron
una escalinata que me llevó al cielo,
tus ojos, dos soles, un dardo, un soneto.
Tanto me gustaste que ya ni te cuento.
Luego llegó el viento frío de febrero,
la pesada lluvia, la escarcha y el hielo
y aquella sentencia que me dejó muerto.
-“Yo ya quiero a otro, a ti no te quiero”.
No me di ni cuenta pero ya era viejo,
de golpe, mi mundo, fue cruel y fue incierto.
Mi amor y mi alma quedaron desiertos
y sin una estrella mi triste universo.
Después otros pasos hicieron el resto
y fueron borrando aquellos senderos
por los que transito si no estoy despierto.
Si tú me soñaras, si tú me soñaras… como yo te sueño.
Viento de Levante