Cariño, esta paloma que te mando
con ojos negros y con blancas plumas
sobrevuela en el aire que perfumas,
lleva un mensaje cándido volando.
Ave mansa y bella de cuerpo blando
que difundes mi amor y hasta lo asumas.
Pósate sobre mi hombro y ¡no presumas!
y dirígete a mi amado danzando.
Si llega la recibes con dulzura,
a la paloma nuncio del amor
y acaricias su nívea hermosura.
Mientras sufro y espero con temor
tu respuesta a la carta con premura,
arde en mi alma la llama con furor.