Yo te amé, pero tú… no me diste la felicidad
y busqué quien me cuidara y me escuchara.
En otro cuerpo mi alma abandoné; tal como lo hiciste tú,
quería sólo ser feliz, escapar de tus recuerdos…
sacarte de mi vida.
Con él… descubrí a la mujer que soy,
en medio de la felicidad perdida; no me equivoqué,
con él estoy mejor; tú, tú fuiste sólo un aire ligero que dejó huella.
Tengo un hombro para llorar que me ofreció su compañía; junto a él,
logré mitigar mi dolor… fue muy difícil; pero éste amor me sacó adelante,
juntos unimos nuestras almas, borramos los sinsabores de la vida.
Me mostró que la vida… no siempre nos otorga alegrías deseadas
y que no siempre nuestras esperanzas se cumplen
al igual que nuestros sueños.
Me enseñó a no abandonar mi esperanza y la fe que creí perdida,
a buscar la belleza que me rodea y creer en el amor.
Porque pude encontrar el amor en su sonrisa; ya que tú,
sólo tenías muecas de dolor, en sus manos encontré la calidez
de un verdadero amigo, siempre mostrando un gesto de comprensión
y palabras bondadosas.
Descubrí que al entregar el amor, por fin pude encontrar
el poder de la vida… juntos emprendimos un camino de alegrías,
dicha, paciencia y sobre todo comprensión, que tú nunca tendrás.
Aunque siempre afirmaste que sin ti no sería feliz; hoy te digo,
ya nada puedes hacer para cambiar la dicha que...
en otra alma encontré.
No pidas unir nuestros caminos, el mío ya tiene un destino
lo disfruto, me gusta y lo que tú hagas no me importa…
así es la vida.
Magali Aguilar Solorza
(Quiet Nigth)
Sábado/Diciembre/13/2008 7:11:34 pm
Autora mexicana.