Erase una vez uno de esos tantos cuentos,
donde el tiempo era una dicha
y las flores se mecían con la esperanza del fuego
y las cenizas llovían un trago felizmente en la nostalgia
y la melancolía
parecía uno de esos tantos miedos
de
la
muerte
por evitar enfrascar-se en la vida
y gritar vuelo al deceso de la caída,
como no comprender el reloj atado a la jaula del pecho
evitando el sentido del destino!!
mirando otra vez los ojos irse
en borrosas miradas evitando sonrisas...,
anudadas a una pared sombría
sin el tónico gestual, alimento de los herbívoros casuales al febril líquido
que suavemente desgarra el último aliento
de una voz ultrajada en la pérdida propia del alma;
ya cuando la realidad es un Enero en llamas...,
y Dalí y sus jirafas]
parecieran alcanzar las alturas]
de un aliento en cenizas bajo el asedio de las catapultas de sangre
alimentando las llagas
de esas palabras puntiagudas y filosas al infierno]
donde me he escapado con la flor en mi garganta
expresando guiones de muerte
y un silencio esclavizado por mi amor al dolor...]
y a \"ciertas cosas\" que pasan malditas e inmóviles
delante y dentro de mi espíritu motriz
cuando el músculo sanguíneo
evita soñar de nuevo con los ojos abiertos,
[de cuantas maneras evite dormir con ésta vida rutinaria];
[de golpe desperté, con esa saliva de bilis recorriendo mis venas,
no hay que despertar a los muertos cuando entran en el sonambulismo,
desperté de golpe arrancando las flores con mi boca cerrada
la garganta ajustada a la película de siempre
rebobinando la melancolía de conectarme otra vez con la ilimitada poesía...
[Enero te llevaste las flores, gritos e dichas, dejando predios de páginas virgenes contaminadas de poetas, soñadores y otros mala clase
que intentan buscar la forma u fuga
de esas emociones que intentan \"gritar en voz baja\"
]