Espíritu fanático, para los visitantes
Una rosa que se abre en primavera;
eterna juventud destilada y abstracta.
Es cultivo, es semilla, es labriega…
Son sagradas sus quimeras incesantes.
Se destapa como si viviera. ¡Como si muriera!
Y en los aquelarres, a la hora exacta,
Es libertad, y de una luna, prisionera…
Es alquimista, bruja, nigromante,
Es naturaleza desenfrenada que sosiega.
Es seducción que descansa entre sabanas
O fabrica besos para nadie, para Omega
Un manifiesto, del mudo mundo, gigante
que todo lo que no tiene lo reparte, se despliega
e invierte en fe, en palabras, esperanzas
en futuros ,en ahoras ,en manos abiertas.
Corazón neto y concreto, que aquilata valores
de dibujantes prácticos; de temperas negras,
Y entre sus dedos temblorosos las añoranzas
que en un amarillo y viejo papel “garabatea”.
Es una sonrisa que acaricia todos los colores
Y en los paisajes, se sienta, después se acuesta
Y en un orgasmo con el cielo, las estrellas danzan,
Y se viste de fuego para dormir con la marea…
Antonia Ceada Acevedo